El despertar en la educación… (III Jornadas de educación en escuelas infantiles Almansa)
El sábado tuve la suerte y el privilegio de colaborar en las III Jornadas de educación que celebraban las escuelas infantiles de Almansa.
Desde que acudí por la mañana a las conferencias que las propias profesoras se habían preparado con todo su entusiasmo un escalofrío intenso me recorrió el cuerpo, al comprobar cómo un grupo humano desde la humildad, la sencillez y el buen hacer podían transmitir tanto y conectar de corazón a corazón con los 120 profesores que acudieron a formarse en este evento.
Han pasado 48 horas del evento en el que me tocó trabajar sobre las emociones y sin duda el título de las jornadas a calado en mi ser.
El latido de las emociones era la frase que anunciaba lo que estaba por venir. El equipo docente transformó la escuela en un auténtico laberinto de emociones, en la que los participantes iban viviendo sensaciones, emociones, vivencias que les iban abriendo el corazón en canal.
Si la mañana fue de charla y reflexión, la tarde fue de acción y experiencia.
Al finalizar un elenco de heroínas que han conseguido dar un aire limpio, bello y alegre a su día a día en las aulas nos invitaron a bailar y a cantar en una suerte de Katarsis coletiva que sólo recuerdo haber vivido por igual cuando trabajaba con el antropólogo colombiano (incitador del trance) Enrique Vargas de www.teatrodelossentidos.com .
La fuerza de este grupo nos contagió a todos, nos dió alas, señalo con su mirada la dirección de Itaca, el camino a la utopía, la danza de la realidad, el compromiso con la belleza, el aliento hacía un posible «mañana», la esperanza de «que es posible», la certeza de su vocación. El brillo en la mirada de los participantes inundo la escuela y sentí que se alzaba hacía a las nubes, majestuosamente sencilla y asombrosamente viva.
Hay experiencias en la vida que marcan un antes y un después en tu “estar en el mundo”, y ahora estoy tocado por este grupo pedagógico que cree en lo que hace, que apuesta por el cambio, que escucha, que siente que vibra con lo que hace y que cree fervientemente que un cambio en la educación es posible.
Sólo puedo decir gracias por haber sido invitado y confió en «repetir curso», las veces que haga falta.
En abril volveré a “contar” a “cantar” a “bailar “ en esta escuela que cree en los milagros que siente que los sueños pueden materializarse gracias a la voluntad de personas que escuchan profundamente a su ser más espiritual.
Eternamente agradecido.