Esta mañana pasé por una tienda de empeños. De esas que proliferan en estos tiempos. Usureros disfrazados de seda. Ratas buscadoras de oro.
-Buenos dias.
-Buenos dias señor.
Mirada mantenida, silencio, a la rata se le pone cara de interrogante.
_Me gustaría empeñar mi reloj.
-¿Puede mostrármelo.?
Saco mi citicen de 1979 que me regaló un tio pudiente en mi comunión. A lo largo de mi vida me lo que he quitado tres veces:
Cuando me operaron de fimosis.
Cuando hice el amor por primera vez.
Cuando entré a esta tienda de oportunistas del empeño.
El dependiente mira el reloj y me ofrece un euro.
Cojo mi reloj y las manos del usurero, manos finas, se las masajeo mientras le canto la canción del reloj no marques las horas al oido…La rata babea sube el precio del reloj 10 centimos.
Salgo.
Un niño en la calle me pregunta la hora. Le coloco el reloj en su manita. Su madre me pregunta que tal pagan el oro dentro.
¿el oro de dentro o el de fuera?…