Las sesiones de octubre a noviembre. Han resultado fascinantes. Introducimos elementos de teatro sensorial y contamos con la piel, con lo invisible de la palabras, con espacios sonoros poéticos, con emociones sutiles, con ternura y rabia a la vez.
Presencié a los juglares del Lute en uno de sus ejercicios de trasgresión, astracanada, ñaque provocador, libertad creativa y descaro vital que sólo producen aquellos